jueves, diciembre 25, 2008

Un regalo

Ya lo sabía entonces. Tenía ocho o nueve años y no aguantaba la ficción de Nochebuena. Por qué estar contentos esa noche si el resto de los días había tantas cosas que no funcionaban? No me engatusaban los papeles brillantes de los dulces ni las botellas y los vasos tintineantes, ni las sonrisas, no. Sólo me atraían las bolas del árbol de Navidad, hechas de un cristal finísimo allá por Checoslovaquia. Delicadas y perfectas, era un placer reencontrarme con ellas. Y montar el Belén, como un pequeño paraíso de casitas con habitantes felices paseando cerca de arroyos, patos y castillos donde yo disponía todo a mi antojo, donde todo estaba en su sitio, donde nadie peleaba. Por eso buscaba evadirme cuando la cena estaba acabando y el personal se distraía, y marchaba a la ventana, y miraba las casas de enfrente, las ventanas iluminadas. Imaginaba qué se viviría allí, casas lujosas, quería pensar que todos serían felices. Añoraba una plenitud que desconocía.
Y toda la vida igual. Será que no existe. Que hay momentos perdidos por ahí, que pueden ser plenos, pero no estados permanentes, o casino. Que la contemplación de la belleza puede ser un estupendo bálsamo para las heridas. Que no hay más pequeño país que uno mismo.

domingo, diciembre 21, 2008


Nadie llega hasta aquí.
La nieve asusta.
El silencio, el frío, la soledad, también.
No hay mediadores. Hay lo que hay.
Paz. Quietud. Ausencia de lo conocido y presencia de lo extraño.
Busco el abrazo helado y cálido de la tierra.
Deseo retornar.

domingo, diciembre 14, 2008

Viajes en metro.

Los zapatos de la gente . La ropa cutre del todo a cien. Los auriculares de mp3 y móviles y la musiquilla ratonera. Los periódicos gratuitos en los asientos. Artistas andinos, eslavos, nacionales. Pedigüeños cojos de las dos piernas, mancos de los dos brazos. Gitanas preñadas de trapos arrastrando niños. Morenitas que se duermen, hartas de trabajar a las once de la mañana. La noche de Hallowen, el botellón del sábado, los emperifollamientos del viernes... Los ciclos de la vida de todos estos humanos que me rodean. Sus penas, sus fatigas, sus alegrías, su supervivencia. Es todo igual. Da igual todo. No hay cristal.

viernes, noviembre 07, 2008

Y nos vamos, y te quedas allí, detrás de la máscara, respirando ansiosamente, mirándonos ansiosamente, moviendo la mano hinchada. Diez minutos, diez.
La sidra fresca de esta primavera te viene a la memoria, la boca reseca por el oxígeno, la semana en la playa, desayunos en el balcón, los nietos, la perra. Pero tus ojos miran más allá, donde yo no llego. Y no hablas y no sé que pasa por tu mente. Dónde miras, qué ves, dónde estás. Qué recuerdas. Qué sientes. Tantas cosas sin decir en toda una vida, cómo hacer hueco ahora que no hay voz.
Y mis egoísmos, y mis reproches, y mis exigencias, junto a los tuyos. Mis quejas, mi agobio, mi traída y llevada independencia. Ahora, son nada, basura, ceniza. Porque hay algo que está por encima de todo y siempre se olvida hasta que llega la hora de decir adiós. El amor, sólo el amor tiene sentido. Te quiero. Y no te lo voy a decir, no voy a poder. Te quiero.

jueves, noviembre 06, 2008

La vida está en la mirada. Los ojos nos unen . Interior con interior. La vida, a veces, se extravía en el camino que recorren mis ojos hacia los tuyos. Tu no ves, miras más allá, hacia dentro. Y te vas y vuelves, y te vas. Unas veces tú, otras no sé quién. Las miradas no se pueden aferrar, las manos, los cuerpos, sí. No te vayas. Me quedaré sola, sola con mi historia, que es la tuya.

martes, octubre 28, 2008

Tiendo la mano, inútilmente, hacia aquellos momentos. Veo el pasillo, las habitaciones,el papel pintado de las paredes, e intento recuperar aquellas personas y traerlas aquí y ahora.
Una estola de zorro apolillada, un quimono de seda pasado, niñas que ríen de su propia risa. Santana en el tocadiscos, vasos de coca cola. Carreras, gritos, miradas en el espejo.
Él, sentado en el sillón del salón. Él, oscuro, desconocido. Una y otra vez, la aguja sobre Mrs. Robinson. Una y otra vez, repetida, obsesivamente. Patadas, arañazos, tirones de pelo, permitidos, en vez de caricias, besos y susurros.
Se iba. Chaquetón negro de marino, botas negras Yo daba la vuelta al disco. Scarborough fair. Una y otra vez, repetida, obsesivamente.Añoranza, deseo, ilusión.
La realidad...La ficción....
Lástima haber estudiado francés en vez de inglés.

domingo, octubre 26, 2008

martes, octubre 21, 2008

Pintor callejero

Un poema para ti
estaría escrito
a la luz de las velas.
No se haría con palabras,
sería con tu piel y con mi piel
y los labios de los dos
marcando puntos y comas.
Un poema para ti
sería una danza
con música
lenta y cálida
como agua de mar,
con olas que envuelven
y arrastran.
Un poema para ti
mezclaría en la paleta
los colores del sol,
de la tierra,
del calor
y de la fuerza.

Yo fui incapaz de escribirte, tú de pintarme.
Únicamente, cervezas de ida y vuelta con Erik Clapton de fondo.

sábado, octubre 18, 2008

"Permitirse. Es la hora de ir a permitirse. Vamos a permitirnos."
Uno de tantos lenguajes pervertidos por la lógica de los niños, de uso en aquel colegio de piso. Mundo paralelo al de los adultos. Mundo de olor a viruta de lápiz y goma de borrar, de tachones y mesas raspadas, de hora de bocadillo sin patio. La sinrazón corregida por la razón de los más pequeños.
"Escribe entre las dos rayas sin salirte ni por arriba ni por abajo"
En aquel lugar pedían cosas imposibles, pero parecía que todos tenían habilidad para hacerlas. ¿Cómo se las apañaría pues para meter aquella letra grande y temblorosa en esas pequeñas vías de tren que no llevaba a ninguna parte?. Y lo rápido que se desgastaba el lápiz! Afortunadamente, su padre se ocupaba de sacar punta con un cuchillo para que resultara más fácil. "¡Que no, que te he dicho que no vuelvas a traer ese lapicero de tinta, que es morado y no marca bien! "¿Qué se puede decir a una madre que está enamorada del morado porque le recuerda la bandera republicana y no entiende de tecnicismos caligráficos?
"La plumilla no se aprieta sobre el papel" ¿Pero cómo no se iba a apretar la plumilla si el lápiz morado no marcaba bien y había que apretar un montón? ¡Qué incoherentes eran los útiles de escritura! ¡Y qué bellas las gotitas de tinta en el papel, y el trazo abierto de la pluma despatarrada por aquellos dedos inexpertos!
"Hay que pasar la aguja por cada cuatro hilos, sin tirar de la hebra para que no se arrugue la tela". Había que pasar la aguja, había que pasarla; pero la punta no quería entrar exactamente por donde se juntaban los cuatro hilos con otros cuatro hilos, recalando en algún dedillo de paso. Prefería cinco, o seis, pero cuatro...Sangre, sudor y hierro, las niñas cosen. Las niñas cosen sábanas de plancha para madres a las que no les gusta planchar y que pasan su tiempo huidas en Galerías Preciados. Las niñas cosen mantelitos de merienda en panamá para mesas con hule donde no se merienda nunca.
C'est la vie, mon vieux.
"No te sientes al lado de ningún chico".
Retumbaba en su cabeza flotando entre la perplejidad y la resignación. ¿Quién podría haberse opuesto a aquella robusta maestra pelirroja una vez que la puerta se cerró? Una madre es una madre, pero hasta con siete años uno es capaz de percibir el absurdo de ciertas situaciones y actuar de forma práctica. Y ahí estaba, al lado de dos hermanos, uno gordo y otro flaco, Evaristo y Gonzalo, en un lustroso pupitre de pino con la veta al aire, qué va a ser de mí en este lugar.
Era un mundo desconocido. Una cocina reconvertida en clase, con la despensa a un lado y ventana al patio de luces, las paredes recubiertas de tablero y una pizarra. Tiza, como aquella que usaba para pintar las paredes pero dedicada a menesteres más serios. Cuadernos forrados de hule (le tocó el color más feo por haber esperado hasta noviembre, y justo en el de "Composición", cuyo nombre no auguraba nada bueno). Lapiceros, plumillas en palilleros y tinteros. Equilibrios sobre cuerda floja, manos temblorosas ante ejercicios desconocidos.
"Cuando quieras hacer pis, dices ¿Me permite?".
Menos mal que faltaba poco para ir a comer a casa.

viernes, octubre 17, 2008

Falsas expectativas


Cada mañana, al llegar, abría las ventanas y enrollaba las persianas.El cielo, de un pálido azul, ofrecía jirones de nubes, a veces neblinas. Se adivinaba el levante tras el tejado del patio por un fulgor especial.Quizá era el reflejo del mar, liso e inmóvil a esas horas, quizá la humedad.
Con ese gesto, se asomaba a lo que estaba por venir.La luz, la vida, volar. No veía que era sólo un pequeño espacio encerrado entre cuatro paredes lo que tenía delante, y no la infinitud del espacio que tanto ansiaba.
Y así fue. Un pequeño resquicio de cielo, sólo eso.

sábado, octubre 11, 2008

San Saturio

Todo tú. Toda yo. Encontrados. Y la noche que cae y va cerrándose. Y el silencio que se extiende.Y el río que pasa. Y un pero que ladra. Y el frío que nace.Todo tú. Toda yo. Nada más.

The sea

domingo, octubre 05, 2008

Los veo dormir cada tarde,envueltos en la luz azul de las cortinas.
Desparramados, ovillados, boca arriba y boca abajo.
Caras de piel suave, cuerpecillos tibios, cabellos revueltos.
Poco a poco van despertando.
Titubean, miran a su alrededor, sonríen, buscan el abrazo que les devuelve a la rutina.
Abandonan su mundo de sueños y vuelven a la lucha.
Son tiernos todavía.Son la vida.

miércoles, agosto 27, 2008


No sé cómo llamar a ese tipo de persona. Simplemente, no lo sé. Y a veces dudo si serán personas o qué otra cosa.
A ver, como poco voy a tener que pasar los próximos seis años de mi vida(si es que los vivo, claro)con esas mezquinas ...¿cosas?
Tan miopes...tan superficiales....tan vulgares....¿tan aburridas? Seguro que sí. Tan comadres, tan sosas, tan mojigatas, tan pijas....
A ver, ¿empujar la roca o rodearla? ¿Pelear o pasar de todo? ¿Cómo no perder la piel en el intento, o perder la menor cantidad posible?

martes, agosto 19, 2008


Lo ideal deja paso a la realidad.Tengo que luchar contra la alienación. Tengo que seguir mirando más allá. El horizonte no puede dejar de ser mi guía.
El horizonte....Tener sueños, ilusiones...¿Dónde están?
La tierra, el suelo gris. Vivir el día a día.Carpe diem, que se suele decir. Pero sin carpe...
Tú no aceptas mis pequeñas particularidades. Tú crees que soy plana, lisa, transparente como un cristal. Que no necesito hablar, contar, expresar. Que...soy otra.Me ves en la forma, pero no en el fondo. Por lo que te doy, pero no por lo que soy.
Y resulta que yo soy una soñadora incansable con los pies hundidos en el barro.

domingo, julio 06, 2008

Fernando, tu recuerdo me acompañó por el día. A ratos revivía la sensación de estar a tu lado. La tristeza que te envolvía, el azul de tus ojos. Saber que no puede ser lo que no es posible.
Iba, venía, y en un aparte recordaba y pensaba que cuando me acostara podría retomar la historia como si fuera un libro que dejas cada noche en la mesita. Pero no ha sido así. Te he perdido, y contigo se han ido esas sensaciones que me envolvieron como en un duermevela permanente.
Puede que nos volvamos a encontrar. Me gustaría tanto acariciarte, y subir hasta ese castillo sobre el cerro lleno de amapolas...
El sueño es vida. Otra vida.

lunes, junio 23, 2008

La Firbia

Ella vive en el bosque, junto a la cascada. Al amanecer la bruma la envuelve, adornando su pelo con diminutas perlas de agua. Pasa el día jugando con el sol, las luces y las sombras, tumbada sobre las blandas hojas y el musgo aterciopelado. Los pájaros la acompañan en su lento disfrutar.
Cada día, cuando cae la tarde, tiende sus manos al ocaso para atrapar los últimos rayos. Se baña en esa luz incierta y saluda a la primera estrella. En ese momento comienza su danza. Sus pies apenas rozan el suelo, las ramas de los árboles bajan hasta ella y la acarician. El ruido del agua al caer es su música. Poco a poco entra en la poza, se acomoda entre las ondas. Duerme entre líquidos sueños bañada por la luna.

viernes, junio 20, 2008

Los días pasan. El tiempo pasa.
Y yo, aquí. Esta racha de amor sin apetito, esta racha de apetito sin amor...
Me estiro al sol.
Y tú, chico malo, ¿qué harás?¿con qué soñarás?¿en qué pasarás tu tiempo libre?
"Eres una buena mujer"
Estúpido. Narciso estúpido.
Y tú, bohemio nómada, ¿qué harás?¿con qué soñarás?¿en qué pasarás tu tiempo libre?
"Tu es une bonne amie"
Orgulloso, prepotente vanidoso.
Sigo aquí. El sol se va. Esta racha de amor sin apetito, esta racha de apetito sin amor...
Ay, solsticio de verano. Cuánto te extrañaba. Vivir por siempre en la luz. Sólo la luz, siempre la luz, del sol y de la luna, de la luna y el sol. La luz....
Me acaricia, el sol.

viernes, junio 13, 2008

Tú me envolviste en un sutil manto de palabras. Esos ojos verdosos me acariciaron y calaron tan profundamente que rompieron algo en mi interior.
Y de allí brotó agua clara de ilusión, de vida, de esperanza. Agua que barrió los sueños pasados, ya turbios y asfixiantes como pesadillas. Por un momento creí despertar a la luz, pero los nuevos sueños me apretaron en el pecho . Y creí morir.
Rompí mi vida, y la cambié por otra, por ti. Le di la vuelta a mi mundo. Me costó tanto volver a puerto....Aún no sé si he echado amarras....
Y sueño dentro de mi sueño que vivo las vidas que pude haber vivido, y temo despertar. Y encontrarme contigo de nuevo.

lunes, junio 02, 2008

De amapolas y otras flores, y de él.


Mi abuelo, el innombrable, después de acabar la guerra y fastidiar a toda la familia se hizo taxista. Comparado con el trabajo que tenía en París, chófer del multimillonario Larragoiti, esto era de una bajeza considerable. Pero daba un dinero que él se encargaba de malgastar en caprichos de viejo. Por ejemplo, en tomarse el aperitivo en "la Amarilla" antes de venir a comer. A mí me traía siempre el aperitivo que le daban, ya fuera una aceituna con un boquerón, unos cacahuetes en una servilleta. "Para la niña", decía orgulloso.


El coche era un Citroën negro y reluciente. Él le llamaba "el pato". De vez en cuando me llevaba sentada en el transportín, porque, según él, le daba suerte. Para mí eso era fantástico, pero en mi casa todos andaban con el alma en vilo porque tenían miedo de que tuviera alguna explosión de las suyas. No sabían nada, estaban tan metidos en su historia que no podían ver más allá.


Él me llevaba de vez en cuando a una extraña tienda que había en Doctor Castelo. Era una granja de pollitos, una incubadora. Entre máquinas y luces había jaulas llenas de animalillos teñidos de todos los colores. Hacía calor y olía a plumas de forma un tanto nauseabunda, pero resultaba fascinante. Alguna vez me dejaron tocar uno de los pollitos,lo que dejó en mí una sensación de suavidad y calidez inolvidables.

Una mañana se presentó en casa y me dijo que tenía que acompañarle a hacer un trabajo, que íbamos a ir muy lejos a llevar una cosa que me gustaría mucho. Llegamos hasta la tienda y, para mi sorpresa, había varias cajas de pollitos preparados, si tapar todavía. Se apretujaban unos contra otros, azules, rojos, amarillos, verdes, morados, y piaban constantemente... Él los metió en el taxi, me colocó en el transportín y nos marchamos. El camino fue largo, largo, largo, pero es que yo tenía pocas referencias de viajes en mi haber. Al dejar las casas atrás, me dijo que estábamos en la Ciudad Universitaria. Evidentemente, eso me daba lo mismo, pero lo que veía a mi alrededor, no.

Campos verdes llenos de flores amarillas, rojas, azules. Yo no había visto cosa igual, y quería bajar a ver de cerca y a tocar aquello tan bello. Me dijo que primero íbamos a dejar los pollitos en un sitio donde les cuidarían muy bien, y que volveríamos para ver las flores.
Y así fue. Aunque me costó despedirme de aquella barahunda piadora, estaba deseando llegar al campo. Una vez allí, recuerdo que yo miraba y él cogía flores y más flores para mí. A manos llenas, a brazos llenos. Volvimos con el coche convertido en jarrón improvisado, y al llegar a casa, mi madre puso el grito en el cielo por la ocurrencia del abuelo, que iba a poner todo perdido. Tengo la sospecha de que dijeron que estaba loco, como era costumbre.

Como sobraban flores, tuve la genial ocurrencia de compartirlas (o exhibirlas, cualquiera sabe) subir un buen montón a casa de mi vecina Merceditas, pensando que les gustarían tanto como a mí. Su madre no dijo nada así de primeras, pero una vez que hubimos acabado de deshojarlas todas mientras ella hacía la cena y pasamos a jugar a otra cosa, la buena señora tuvo ocasión de poner el grito en el cielo a más y mejor. Jugando jugando habíamos pisado los pétalos rojos, las hojas verdes, y el suelo estaba lleno de marcas variadas. Y nuestras manos, y la ropa, y la tapicería de las sillas (todo un lujazo). El resultado fue que tuve que bajar a toda velocidad a mi casa, seguida de un rastro de flores machacadas y de improperios, que llegó hasta el cubo de basura. Si hubiera sabido, habría dicho eso de "no eches margaritas a los cerdos", pero no formaba parte de mi repertorio.

Después de tantos años sigo esperando cada primavera la llegada de las amapolas. Cuando paseo me hago ramos que pongo en mi casa, no puedo resistir apropiarme de esas bellezas tal como hice de pequeña. Se deshojan en poco tiempo, pero nadie protesta.

domingo, mayo 25, 2008

2003, febrero, pero podría ser ahora también.


Espejos, cristales, devuelven la imagen ¿deforme tal vez?. Personas, seres ocultos tras una máscara extraña que no deja ver. No acierto a entender. ¿Dónde estás? ¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿ Dónde estás?

Septiembre 2001, pero podría ser hoy.


Y lucharé a brazo partido hasta no poder más, hasta caerme muerta, contra ese vacío, contra ese desamor. Igual que se suben montañas, se arrastran pesos, se arrancan espinas, igual yo me quitaré a tirones ese mal pegajoso que se queda dentro del alma, esa soledad asquerosa, esa falta absoluta de todo. No sé con qué armas cuento ni con qué apoyos, pero poco a poco lo haré.
Saltaré sobre mis propios pedazos, miraré hacia arriba, buscaré la luz y el cielo, y algún día podré decir adiós a todo esto.

jueves, mayo 22, 2008

En attendant...que sais je quoi?




Sueño que sueño, voy soñando. Entre azules y blancos deslizando. Estoy? No estoy?
Y mi sueño bajo los sueños es ser árbol con las raíces bien afirmadas en la tierra madre nutriéndome de su energía, contemplando, dejándome mecer por el viento. Mudando y permaneciendo.
Espero. Y mientras tranto, cielo y nubes, viento y agua. Voy soñando

miércoles, mayo 21, 2008

Nacen en el azul, calentándose al sol y creciendo con él. Voluptuosamente, se extienden y desarrollan sus formas curvas. Mil tonos de blanco, mil matices de sombras, mil brillos, mil. En su continuo cambio, se afianzan, se engrandecen. Y mueren. Vaciándose, a veces. O, simplemente, desapareciendo con el ocaso.
Son tan humanas las nubes....

lunes, mayo 19, 2008

Allá, tras los rayos de sol
corro y salto.
Extiendo los dedos
para atraparlos.
Entre las ramas
los veo perderse
entre las hojas
ahora verdes.

Mis ojos buscan
cumbres azules,
cielos naranjas,
y voy tras ellos.
Busco sin fin,
sin remedio,
los ojos puestos
en esos cielos.

Nada que hacer.
El amor se ha ido.
Está todo seco,
la luz se pierde.
No encuentro puerto
y el sol se muere.
Y yo,
por dentro.

martes, mayo 06, 2008

Sonidos encadenados

Yo tenía trece años para catorce. A ratos jugaba con las muñecas en casa, mientras escuchaba la radio(afortunadamente no había televisión en casa, y lo que hubiera costado nos lo gastábamos en tapear en los bares...)Mis compañeras del colegio hacía tiempo que se olvidaron de menesteres tan infantiles, y allá por la primavera me convencieron para ir a unos "guateques" que organizaban las monjas de la Inclusa.Debatiéndome entre la niñez y la adolescencia, todo ambigüedad, fui a "La Paz", y descubrí un mundo absolutamente desconocido, intrigante, y, a veces, descorazonador.
Aquello estaba lleno de chicos y chicas, vestidos con sus ropitas más "on", mirándose, investigándose, y entrando en un ritual que nunca había visto: sacar a bailar.
NO era cualquier cosa, no. Tenían que sacarte, tú no sacabas; te esperabas a ver si a alguno le hacías gracia o, simplemente, no había nadie más disponible y te tocaba a ti. Por lo general a mi no me tocaba. Era lisa como una tabla y vestía de aquella manera, así que tenía pocas papeletas...
Aquello era curioso. De pronto sonaba una canción(pongamos "let it be") y los muchachos parecían enloquecidos y corrían a "sacar" a las muchachas. No digamos si era Matt Monro, con su "Alguien cantó" Quelle folie, mon dieu! ¿Y Adamo, siempre con las manitas en la cintura? Pesadito el chico y los que le adoraban, jo.
Las monjas ( y esto era de lo mejor de aquel lugar)velaban por la moral y el sexto mandamiento, y recorrían la sala con un folio enrollado que debía caber entre los bailarines. Y ojo si te lo ponían, quedabas marcada para siempre!!!! El chico, algo menos, pero se corría la voz: "Ése se aprieta mucho". Y lo llevaba claro el pobre.
Entre tanta música había una canción de las que provocaba la consabida estampida de emparejamientos separados por las monjas, que yo no conocía.Sonaba, me quedaba invariablemente sentada, mirando, y llegué a sentir por ella bastante tirria.Bastante, sí señor.
Y aquellos bailes se acabaron, dejando recuerdos y experiencias, emociones, luces, colores por ahí en algún rincón de mi memoria. Y hete aquí que al cabo de casi treinta años un buen día la oí en la radio de un bar. Todo salió de golpe, y la deseé como se desean los años pasados y el tiempo perdido. No pude saber su nombre, como si de una amor de una noche de una copla cualquiera se tratara. Mi deseo crecía, me angustiaba, me obsesionaba... Y emprendí una feroz búsqueda por las tiendas de discos de Madrid, compré varios LP de recopilaciones de los 60, hasta que al cabo de bastante tiempo, ¡apareció!.
Volver a oírla, una y otra vez, fue como si me aplicara un perfume que se olvida en un cajón. Como si todos mis sentidos y mi conciencia recrearan el momento, las personas, el lugar. Pequeñito viaje en mi tiempo, reencuentro arremolinado conmigo.
Y pude ponerle nombre: Something in the air. Thunderclap Newman. Y descansé. ¿O no?

sábado, mayo 03, 2008

jueves, mayo 01, 2008

viernes, abril 18, 2008

!Cómo poder quereros y daros a los dos por igual! ¡Cómo ser justa y generosa, cómo hacer que os sintáis mirados y reconocidos!, ¡Cómo evitar que sufráis, cómo quereros como vosotros necesitáis que os quieran!
No sé nada más que me doléis en el alma, hijos míos, porque soy una madre ignorante, imperfecta, impotente. Porque no sé si mi compañía en esta vida vuestra os hará ser fuertes y mejores personas.
Porque no sé tantas cosas...! Porque lo que sé es tan inútil....!
No sé nada más que me duele el alma. Y esto no tiene cura.

jueves, abril 17, 2008

Acababa de propinarle un sonoro bofetón a su marido. Se quedó perpleja. "Dios mío, ahora me acusarán de maltratadora". Todos los que estaban en el salón guardaban silencio. Ella no sabía qué hacer, y de pronto, Lola entró sin que nadie le abriera la puerta y dijo: "Vámonos".
La calle estaba vacía, tranquila.
-¿Hacia dónde coges el metro?- preguntó Lola.
-Hacia Sol.
-Pues vamos, que cierran a las dos y no llegamos.
Entraron, y corrieron por pasillos relucientes.
(...)A la izquierda, las aceras se elevaban y tenían que subir pequeñas cuestas que serpenteaban cada vez más alto. Junto a las puertas de las casas había sacos llenos de flores, de especias coloreadas y aromáticas, de frutos secos, todo al alcance de la mano. Ella dejó caer su bolsa así como sin querer sobre los sacos y recogió un revoltijo oloroso. Se apretó la bolsa contra el pecho.
-Estoy robando, Lola, y no me importa....
Pero en su interior no quería que la viesen. Lola la miró y no dijo nada, sólo esbozó una sonrisa. La calle se abría a una plaza, y bajaron hacia ella. En una baranda, parado, había un hombre muy alto, muy fuerte, con el pelo negro recogido en una coleta, que llevaba una camisa verde agua. Al verlas se acodó en la baranda y sonrió. Hablaba sin palabras de cosas agradables, sus ojos negros eran dulces. Lola se volvió y dijo:
- No irás a hacer caso a ese individuo?
- Creo que sí - contestó ella. No hizo falta más.
Avanzaron los tres hacia una cervecería que había en la plaza. Él charlaba animadamente, llevándola a ella sujeta por un codo mientras subían las escaleras.
Una vez allí, la abrazó por detrás y dijo:
- Ven conmigo. Te voy a llevar a un lugar especial.
La espalda apoyada en el pecho de él. Cálida sensación... Los brazos que le rodeaban el cuerpo, sólidos y tranquilizadores...Ella fue.
Era un puesto en la calle, un tenderete. En penumbra, dejando pasar la luz a través de mil colores mezclados en mil telas suaves que ondeaban levemente. Del techo colgaban collares de cuentas de cristal,de conchas, de semillas y maderas. En las bandejas relucían las piedras, la plata de los anillos y pendientes. Un pequeño mundo de arco iris en el que ella perdió la noción de dónde se encontraba. Se sentía flotar, etérea, libre. Él le tendía vaporosas telas azules, naranjas, la envolvía en ellas. " Ponte esto, y esto otro" " Prueba con ésta", susurraba. La envolvía en la suavidad, la adornaba con pequeñas joyas refulgentes. "Y ahora vete..."
Marchó, despacio, contemplando sus nuevas ropas, sus adornos. La calle estaba abarrotada de personas que la miraban al pasar. Se sentía bien, como dentro de un capullo de seda que la envolviera y la protegiera. Al andar iba tranquila, porque sabía que si volvía la cabeza él estaría allí, disponible, sin agobios, sin tormentos, sin límites. Cuando quisiera podría ir y abrazarle, o sólo verle, daba igual lo que fuera porque él estaría allí. Una nueva seguridad y tranquilidad crecía dentro de ella.
Se acercó a un edificio azul y blanco rodeado por la gente, y subió por una pasarela para entrar. De pronto sintió que unos brazos la tomaban por detrás envolviéndola de nuevo en el conocido abrazo. Él le dio la vuelta y la besó suavemente. Se marchó en silencio, como había venido, y ella le contempló, abajo, en el puesto de los mil colores, con su camisa verde agua y su pelo negro.
"Da igual donde vaya. Estará ahí, para mí. ¡Para mí!"
Bajó y cruzó la calle. Él estaba de espaldas, y fue ella esta vez quien abrazó, pegando su cara a aquel cuerpo cálido que resultaba tan amable. Disfrutó de aquel momento, de aquel contacto, de aquella pequeña unión, de aquella paz. Soltó los brazos, y él se giró. Tomados de la mano, empezaron a caminar por la arena que había al otro lado del tenderete, hacia el mar que se presentía.
Lola hacía largo rato que había desaparecido. Casi todo daba igual ya....

lunes, abril 14, 2008

Veo crecer las nubes con la esperanza de que se forme una tormenta. Blancas, nítidas, rotundas, se despliegan ondulando, recortándose sobre el cielo, poderosas, prometedoras de mil estruendos y poderío sin fin. Las necesito. Son una prolongación de un yo oculto que sólo yo sé que existe en mí.
Despegar de la tierra. Volar. Crecer hasta lo más alto. Desplegarse. Abarcarlo todo. Explotar. Deshacerse en mil diminutos fragmentos. Caer. Volver a la tierra. Desaparecer.
Vivir es eso mismo, pero más despacio, más triste, más doloroso. Necesito mi tormenta. Y que salga luego el sol y me acaricie...

jueves, abril 10, 2008


Duermo, duermo, duermo. Desplomada, sin hartazgo, con tesón y aplicadamente. Como una piedra de cualquier valle de cualquier montaña.

Y sueño, sueño, sueño. Afanosa, viva, apasionadamente.

Ahora que lo pienso, ¿con qué soñaran las piedras?Quizá que se deslizan sobre un mar de agua rosada, sorteando lomos de delfines, mezclándose con peces voladores, y que son capaces de ver el fondo sin caer hacia él.

Sueños de piedras deben ser esos, sí.

domingo, febrero 24, 2008

Intento quitarme estos trozos de mí misma que llevan tanto tiempo pegados a mí. No son escudos protectores, o sí, no sé, pero impiden que salgan otros elementos que se se supone deberían estar. Estarán?No tengo constancia de ello, pero sí de ese impedimento, de esa sensación de impotencia que me acompaña casi permanentemente como la nube que tapa la cima de algunos volcanes.
Y siempre me gustaron los volcanes, fíjate. Desde antes de leer Viaje al centro de la Tierra, y luego más, por supuesto. Es fácil adivinar que envidio su poder explosivo, su peligro latente, su grandeza incontrolada, ¿su capacidad destructiva?Puede ser, puedes ser.
Pues eso. Mi nube me rodea y me sigue a todas partes. Menos cuando bailo lo que yo quiero bailar, que entonces se convierte en casi un vapor tenue, un sfumato que sólo yo veo porque bailo sola.Cuando me acuesto, me engaña. Se hace pasar por parte de mi cama, se acomoda a mí en otra postura hasta que me levanto y me envuelve otra vez.
Ojalá pudiera tender delante de mí un camino de tela brillante que me llevara fuera, que me ayudara a fluir armoniosamente. Y olvidar así nubes y volcanes.

viernes, febrero 22, 2008

Cosas que estudiaba una.

« Chanson d´automne », (Poèmes saturniens)


Les sanglots longs
Des violons
De l´automne
Blessent mon coeur
D´une langueur
Monotone.

Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l´heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure.

Et je m´en vais
Au vent mauvais
Qui m´emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.

Buscando en una polvorienta estantería encontré mi viejo libro de francés, despegado, deshilachado, ¡destrozado! Tantas vueltas debí darle.... Y allí estaba. Verlaine, Paul. La música de las palabras, los sentimientos de la música, mis quince años. Lo hacía mío con quince años.Por mis días pasados y los que habían de venir. Que yo lo sabía, que sabía ya que iba para hoja muerta por muchas ilusiones que tuviera. Que la languidez monótona es como la sequía, pertinaz, y productora de esterilidad mental. Que sí, que lo sabía. Y aquí estoy, sollozando en este invierno que se muere. Sin violones ni violines. En esta escena no me han puesto música de fondo.

miércoles, febrero 20, 2008

martes, febrero 19, 2008

Su persona, sus costumbres, todo en general, había sido cuestionado desde que llegó a aquel lugar. El proceso fue lento, quizá porque al principio dudaban de su permanencia allí y la veían como una simple visitante. Pero a medida que sus estancias se hacían más frecuentes y largas, y se empezó a ver que aquello respondía a algo serio y con un propósito definido, las críticas se acentuaron y se generalizaron. No eran abiertas ni explícitas, todo fluía solapadamente, como una filtración de agua que va socavando los muros de una casa.
Un comentario aquí, otro allá.Una mirada, un gesto. "No nos gustas, eres diferente"."Vete, vienes a llevarte algo nuestro". Ante aquellas actuaciones tan poco definidas y tan sutiles a veces, no cabía una respuesta contundente. Adaptarse, sobrevivir, y disfrutar de lo que hacía que estuviese allí.
Sólo aquel hombre se permitía decir abiertamente y en su cara lo que pensaba.
-¿Otra vez aquí? ¿es que te echan de tu tierra?
- Eres de mala raza, comes y no engordas.
Y a veces, un gesto torcido, una mirada de medio lado y un escurrido apretón de manos cuando no tenía más remedio que saludar y dar la bienvenida.
El no reconocimiento, la negación hacían que Nina se esforzase en afirmar su existencia, su presencia, su derecho. Y a la vez se veía obligada a verse con unos ojos que no eran los suyos y que le devolvían una pobre imagen de sí misma. Y a la vez reconocía su imagen familiar que la había llevado hasta allí, su yo, que le decían que no tenían razón ni justificación.
Batalla absurda. Contradicciones dolorosas. Empeño vano. Energía perdida. Tiempo perdido.
Ella, que no era hábil en la lucha, sólo supo resistir y afanarse en demostrar lo que a casi nadie le interesaba. No hubo intercambio de estocadas ni golpes certeros. Nada de demostraciones de fuerza. Encajar y esperar. Energía perdida, tiempo perdido...

miércoles, febrero 13, 2008

Del caño al coro y del coro al caño.

Ése es mi recorrido.Ya sé que la rutina tranquiliza, da seguridad, estructura, y más cosas, sí.
Me quedo con lo de más cosas, porque ni me siento tranquila, ni estructurada, ni segura. Cualquiera sabe qué serán esas más cosas.
Con la primavera, a los árboles les saldrán hojas y flores (ya he visto los primeros almendros y olmos floridos, y mimosas también) No sé, no sé, pero puede que a mí me salgan unas alitas que me hagan levantar el vuelo, sólo un poco, lo justo para irme por algún desvío aunque al final mi destino sea el coro o el caño. Lo importante es el trayecto recorrido, no el destino.
La culpa la tienen los faros, y la isla de Ouessant, y Morbihan. Y todos los verdes del mundo que siento se están poniendo de acuerdo para brillar, para relucir, para llamarme con voz suave y tierna.

lunes, febrero 11, 2008

Quisiera escribirte un poema, parecido a aquellos de mis cuadernos de tapa azul. Donde el sentimiento y la pasión desbordaran el límite de la hoja.
Poder plagiar "tú todo lo llenas, todo lo ocupas"
Pero no.
"Esta racha de amor sin apetito" que decía aquel loco, "esta racha de apetito sin amor", que digo yo, loca también.
Quisiera sentir algo más y mejor de lo que siento. Igual es lo apropiado y lo demás, lo anterior, eran desvarios, pero hoy por hoy se me hace tan poco...
De todo esto se deduce que me siento algo vacía, algo desinflada, algo desilusionada. Mi ansia de algo pleno se diluye como azúcar en café.
Lo he cargado mucho y me sabe amargo...
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo.....

sábado, febrero 09, 2008


Desde pequeña amo los faros, cuando por primera vez vi el de cabo de Palos.
Solos, firmemente aposentados en sus rocas, abiertos al mar, oteando el horizonte, recibiendo la luz de día y regalándola de noche.
Pensé seriamente hacerme farera, pero en aquel momento las mujeres no podían ejercer de determinadas cosas. Y de ello me ha quedado una nostalgia vaga que se agudiza cuando me encuentro con alguno.
Cada elección tiene detrás una explicación más o menos consciente.
Un deseo para uno mismo, silencioso o no.
A veces, una clara demanda que se hace a los demás ofreciendo lo mismo que tú pides.
A veces, una añoranza de algo indefinido que dormita en algún perdido rincón del alma, y que la palabra no acierta a describir.

hasta mañana

Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja

para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño

que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido

por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.

Mario Benedetti


lunes, febrero 04, 2008


Mis deseos de huir crecen por momentos. Día a día siento que mis ataduras aprietan un poco más. Puedo cerrar los ojos, actuar, y hacer que no pasa nada, y dejar que esos mismos días se conviertan en días de tránsito hacia cada vez más escasos días para vivir plenamente. Días, días, días. cada noche la misma tortura, pensando en el nuevo amanecer.
Qué ha sido mi vida hasta ahora? una espera de un momento que nunca acabó de llegar. Como el tren de mis sueños, que además cuando por fin aparecía no tenía sitio para mí.
Mis deseos de huir crecen por momentos. Esto no tiene sentido. Mi vida tiene el mismo sentido que un vendaje que se pone a alguien, que una aspirina que alguien toma cuando le duele algo. Reparadora, consoladora, sostenedora. Y yo, queriendo estar tumbada al sol, viendo las nubes pasar. Ja! Ilusa. Dónde están mis pinturas de antes? Dónde mis cuadernos? Dónde mi alegría?
Esto es inmadurez? Esto es no asumir la vida adulta? Pues sí, debe ser, y me da igual. Yo tengo dentro de mí, todavía perceptible, aquel trazo de la persona que quería ser y que tuve que dejar atrás, poco a poco, "por necesidades del servicio". Y me llama, y me pide que no la ahogue del todo.
Mis deseos de huir crecen por momentos. Pero va a da igual. Seguiré aquí, en un mundo feliz, de éxito aparente o cierto, con la sensación de mi fracaso envolviéndome más o menos permanentemente. Hasta que un día de esos de tránsito sea el último.

sábado, febrero 02, 2008



Mil metros de caída. De la tierra a la tierra, volando. Atrapados por la belleza, huyendo. Descansando. Reposando.

jueves, enero 31, 2008


Hoy es uno de esos días de tránsito. Pasas, simplemente por ellos sin vivirlos, pensando en ayer y en mañana. O en el ayer y en el mañana, para ser exactos. Vivir a caballo de dos tiempos inaccesibles es no vivir. Pero qué puedo hacer si no me sale otra cosa?
Ponga un presente en su vida!!!! Vívalo, saboréelo, disfrútelo!!!!.
Pues va a ser que no, oiga, es que no me gusta la publicidad, sólo los anuncios de BMW, ya ve usted que exquisitez. Y tampoco me gusta mirar al suelo al andar, por eso tropiezo tanto, por mirar al cielo y a las ventanas de las casas. Esto mío no tiene remedio, es estructural.
Creo que debo haber nacido para estar tumbada al sol y ver las nubes pasar, y paso el tiempo haciendo, haciendo, haciendo, o pensando, pensando, pensando. Dónde queda el reposo, el vacío, el momento, el aquí y ahora? No lo sé.

viernes, enero 25, 2008


Vuelvo a bailar. Después de año y medio, o más, reanudo las clases.Voy a desatar un nudo que me había hecho yo sola para no dejar salir esto de mí. Cargaré con el peso del escenario, del número final, con tal de sentirme otra vez
todaenteramovermedeslizarmesimplementevolaraunquesóloseaconla
mentedejandolospiesdeslizarporeelsuelo.
Es difícil explicar las sensaciones de la danza, cada uno tiene las suyas, lógico.
Yo no lo haré.
Es algo que cada uno tiene que encontrar. Y si no lo hace es que vive de frente para arriba.
Y somos algo más que eso. Mucho más que eso.
Placer motor, Rafa, placer motor. Gozo. Globalidad. Me he pasado, cada cual que busque el suyo.

miércoles, enero 23, 2008



En la vida suelen acompañarnos pequeñas cosas a las que no damos mucho valor por ser eso, pequeñas, y a veces simples. Y cotidianas. Y de puro vistas dejamos resbalar la mirada sobre ellas sin reconocerlas.
Pero son valiosas, mucho. Sin estas menudencias probablemente tendríamos ciertas carencias que no sabríamos como completar. Hoy he reconocido una de ellas: el campito que hay detrás de mi casa. Nada del otro mundo, arenoso como medio Madrid, secarral polvoriento en verano, páramo amarillo grisáceo en otoño, pero verde brillante con las lluvias del invierno y en la corta primavera. Válvula de escape cuando las paredes y los problemas amenazan con caerse encima. Ventana abierta al horizonte que nunca has de pisar. Mar de montañas azules donde navegar en solitario. Escenario de pájaros , sol, viento y alguna jara despistada, y de mis melancolías, sueños y fantasías. Tierra firme donde poner los pies y sentir lo auténtico. Hay muchos mundos, pero éste es el que tengo.

P.S. Y sentiría muchísimo que me lo llenaran de ladrillos y lujosos todoterrenos, lo que me temo que tarde o temprano sucederá....

miércoles, enero 16, 2008

En los setenta y en dos mil.

Estación vacía en la noche cuajada de farolillos. Vías de tren que nacen y mueren en la lejanía.Brillo acerado en el cielo y en el suelo.
No sé dónde voy ni por qué voy. Sólo espero. No viene, no se ve su luz en línea recta entre las sombras. No podré ir a donde quiera que sea que deba ir.
Deseo insatisfecho, angustia, impotencia. ¿Qué haré? ¿Cómo podré? ¿Qué pasará?.
Alguien dice que ya se oye, que ya se ve, que ya viene, que hay que darse prisa.
¿Por dónde? ¿Por qué vía? No lo sé. No lo veo. Lo perderé.
Entre la negrura aparece su silueta verdosa, silenciosa aún. Para. me agarro a un barrote frío y gris. ¡Ya estoy! esta vez no se me escapará, no me quedaré en tierra!
Ando y ando por pasillos oscuros. No hay sitio para mí. Ni siquiera sé si en verdad éste es mi tren. No puedo bajar ahora, me perderé si lo hago. Sólo queda seguir a oscuras, a donde me lleve. Impotencia, angustia, deseo insatisfecho. Tristeza, dolor, miedo.


Durante un periodo de mi vida me vi obligada a esperar un tren que me llevaba de donde yo quería estar a donde no deseaba, y luego algo parecido se convirtió en uno de mis peores sueños. Esto lo escribí mucho tiempo después, esperando realmente el mismo tren de entonces, en el mismo lugar, y supuestamente, yendo a donde quería.
Los sueños y la realidad se cruzan y a veces se mezclan. Dejan una especial confusión que acompaña en la vigilia, se va diluyendo y se olvida hasta que vuelven por el mismo camino que llegaron. Los sueños, y la realidad, no se van.

lunes, enero 14, 2008

"Los nubarrones no vienen esta vez de la bomba demográfica, como advertía Malthus, sino sobre todo de los precios: los alimentos básicos han subido de forma espectacular en muy poco tiempo. Según el Fondo Monetario Internacional, desde 2005 el maíz ha aumentado el 83%; la soja, el 89%; los cacahuetes, el 117%; el aceite de palma, el 140%, y el trigo, el 142%. Globalmente, el coste de los alimentos en moneda constante es aún inferior al de algún pico de la década de 1970, pero hay dos características tan nuevas como letales para los más pobres: la subida es abrupta. Y a diferencia de las tendencias del pasado, todo indica que seguirá creciendo durante varios años consecutivos.

El propulsor principal de la escalada -aunque no el único- es el auge imparable de los biocombustibles, que van a seguir extendiéndose no sólo para combatir el cambio climático, sino también como consecuencia del desbocado precio del petróleo. Incluso el biodiésel más ineficiente en términos ecológicos es rentable si el barril de petróleo supera los 60 dólares.

Por tanto, hay presión en el lado de la demanda para rato: los alimentos convertibles en energía van a seguir subiendo de precio y los agricultores van a aumentar este tipo de cosechas en detrimento de otras que simplemente sirven para alimentar. La FAO, la OCDE, el Instituto de Investigación de Políticas para la Agricultura y la Alimentación (FAPRI, en sus siglas en inglés), el Banco Mundial, The Economist... Todos coinciden: los precios continuarán subiendo con toda seguridad hasta 2010. Algunos se atreven incluso a alargar la serie como mínimo hasta 2020.

"Los biocombustibles crearán hambre. La fiebre por convertir comida en energía llevará al desastre. Hay riesgos muy serios de crear una batalla entre la comida y la energía que dejará indefensos a los más pobres y hambrientos de los países en vías de desarrollo", opina, siempre contundente, Jean Ziegler, el relator especial para el derecho a la alimentación de Naciones Unidas.

Ya hay datos que lo avalan: el uso del maíz para producción de etanol en EE UU, generosamente subsidiado por el Gobierno, se ha multiplicado por 2,5 en un lustro. "Los precios de los cereales y del petróleo van a estar cada vez más interrelacionados", concluye el Instituto Internacional de Investigación para Políticas de Alimentación (IFPRI, en sus siglas en inglés), uno de los centros con más autoridad en la materia. Las estimaciones de este think-tank con sede en Washington son demoledoras: la disponibilidad de calorías serán en 2020 entre el 2% y el 8% inferiores a las actuales, pese a que habrá más bocas por alimentar. El fenómeno afecta a todo el mundo, aunque las zonas más perjudicadas serán el África subsahariana, América Latina y Oriente Próximo."

Esta tarde he leído este reportaje. Datos y estadísticas aparte, lo que me llama la atención es el estado de locura colectiva que se apodera del mundo "civilizado".
Debemos estar perdiendo la cabeza para llegar al punto de elegir entre alimentos o energía. Qué des-animalización, qué pérdida de referencias básicas, que nos llevan a una deshumanización.
Dentro de no mucho, la realidad superará la ficción. Literatura y cine han sido recuerdos del futuro.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Falta/comida/demasiado/cara/elpepisoc/20080114elpepisoc_1/Tes

miércoles, enero 09, 2008

Viajando



Colores, luces, sombras, pasan, pasan, pasan... Pero permanecen en mí para siempre. Forman parte de mí porque han sido desde siempre. Me esencia está compuesta de colores, luces y sombras, y tierra dorada y árboles cenicientos, paredes, rocas, nubarrones espesos, y aire, bañados por una luz tendida, incierta....
Luz que se filtra casi desde el horizonte y tiñe la vida de irreal. Nada es como ahora se ve. ¿O sí lo es realmente, y sólo se puede apreciar ahora?
¿Dónde está la verdad?¿En lo que siempre se ve como se ve siempre o en lo que sólo unos minutos unas pocas veces en tu vida puedes identificar, sentir y dolerte como tuyo, ¡y perdido!?
Perdido el resto del tiempo, sólo y solo en la memoria de tu ser.
¿Dónde está la verdad?

lunes, enero 07, 2008


A estas alturas, sé bien que nunca estaré en todos aquellos lugares con los que soñé de pequeña.
Jugaba con el Atlas de Aguilar, sola, a encontrar ríos, ciudades, islas, que yo misma me proponía mirando el índice. Poco a poco fueron conformándose y tomando vida propia para mí, en unos casos más reales que en otros.
Y ahí están. Siguen conmigo. He viajado, no tanto como algunos, pero más que otros. Y he podido sustituir el cliché que tenía desde entonces por otro, quizá más real, pero no estoy tan segura de ello. Da tan poco tiempo un viaje reconocer algo que se creía conocido...
Y ahora sé que no veré China, ni Vietnam, ni Japón, Australia, Nueva Zelanda, Polinesia...
Ni Oregón. Ni Alaska. No sé si algún día tendré ocasión de ver Sicilia, Malta, Creta, Chipre.
Pero cuando cierro los ojos en medios del lamento, recupero las viejas imágenes de los tiempos del Atlas. Las reconozco, añado todo aquello que he ido guardando durante tanto tiempo y me recreo en ello, mientras pienso que la imaginación me ahorra molestias y tal. Y como recurso tipo pataleo pero modosito, me digo que la reencarnación es algo que debe existir, y que otra vez será. Y ya está.

viernes, enero 04, 2008

rarezas

La tierra me llama, me atrae, cuando en ella aflora el tiempo. O es al revés, y es el tiempo quien me atrae. Pero lo cierto es que la unión de los dos tira de mí. Cuántas veces sentí, al pasar por las sierras de Hellín mirando a poniente, que algo me llamaba. "Mira, mira, siente, siente, estamos aquí, no quites la vista, para y pisa este suelo, únete a nosotros".
Nunca lo hice. Tampoco al pasar por Peñas de San Pedro, o Barrax, Lezuza, Munera. Ni por el Tormo de Minateda. Cientos de cerros me habrán llamado y yo me he quedado expectante, sin entender. Tierras áridas, desprovistas de interés en apariencia, diciendo "aquí estoy yo", y yo, sin entender nada de nada.Pero conmovida.
Hasta que un día estudié lo que no sabía pero presentía. Ese pensar "no sé qué, pero esto tiene algo"se convirtió en el paso natural de entrada de la influencia orientalizante del Mediterráneo hacia el interior. Otro, el lugar donde murió Amilcar Barca. Santuarios íberos. Villas. Castros. Y yo, sin apearme ni una sola vez a ver lo que deseaba.
Hasta que un día, por fin, pude llegar y ver un dolmen, el de Tella, en Bielsa. No tenía ni idea de lo que iba a encontrar, porque no era el sitio lo que me había llamado, sino un cartel en la carretera. El dolmen en sí, era pequeño y podía pasar desapercibido, pero camino hasta llegar, el entorno....Todo un descubrimiento. Grandioso. Yo también hubiera levantado uno allí de haber vivido entonces. Para quedarse y vivir en una cuevita si es preciso!
Luego he visto dos castros, Coaña y el Raso. Los he disfrutado, en el camino, intentando adivinar por qué allí y no en otro lugar, e in situ, tocando las viejas piedras, viendo los contornos de las casas. Pero ninguna sensación que haya tenido se ha podido comparar a esa desazón que me producía pasar por aquellos lugares de historia desconocida para mí, y la de otros, no tantos, que hacen que algo se remueva en mi interior por la llamada del tiempo y la tierra.

jueves, enero 03, 2008

Una ojeada a El Raso, quiero.

Hoy hace un día lluvioso y con viento, de esos en los que no te gustaría salir del calor de la chimenea. Pero las circunstancias mandan y toca hacer de todo. De Reina maga, lo más fastidioso de cuanto toca. Mójate, entra en almacenes, busca deprisa y corriendo lo que quieres o algo parecido, para qué ser exigente en algo tan tonto, corre, pisa charcos, entra en el coche con el paraguas mojado, vuelve, ve, aparca, mira, vuelta a empezar. No es bastante lo que te das a los demás todo el tiempo, todo el año, y encima rómpete la cabeza y pierde tu tiempo LIBRE en buscar qué sé yo. PERO SI ES A MÍ A QUIEN TIENEN QUE REGALAR, JOPE!!!!!! Y, claro está, eso no me toca. Bueh, voy a salir al frío, ventoso y húmedo mundanal ruido, a ver las caras a miles de extraños, que maldita la falta que me hace, y antes, volveré al mirada a un cálido día de agosto pasado. Para tomar fuerzas.