He visto el mar. Y me he visto en él de nuevo. Esa parte de mí que está unida a él. Esa atracción fatal que me anima a dirigirme a él,  a viajar con él, a hundirme en él, a sentir con él. Esa mezcla de amor y miedo. Mirar más allá, donde no ves pero intuyes que hay...Y he visto a sus animales. Y he sentido su presencia, su ser, su libertad dentro de su cautiverio, su inocencia. He deseado ser uno con ellos, no ser yo nunca más. Volver al gran azul para siempre. He visto el mar y me he visto.

Algún día cumpliré mi sueño. Volveré a ser nómada. A no ser de ninguna parte, a ser de todas a la vez, a ver y ver y ver...y sentirme hermanada con la naturaleza, con las nubes, el viento y la luz. Sin nada más que una tienda, un furgón, mis perros...En paz.

Me mata esta canción.
Cuando la oí por primera vez creí enamorarme de ti. No era cierto. Sabía que me ahogaba en un río de lágrimas que todavía no había brotado de mis ojos. Un llanto contenido durante siglos por un amor que no sé si alguna vez fue o aún está por nacer.
Ese amor. El amor. Aquél al que negamos cuando decidimos hacernos escépticos porque tantas veces se nos escurrió entre los dedos como la arena fina.
 Tú, tú y tú y otros tantos como vosotros....
Qué queda de vuestra presencia mas que ceniza?
Dónde está esa presencia atronadora? Dónde el sentimiento sublime y puro que arrasa con todo? Dónde las alas en manos y pies? Dónde tanto y tan poco?

https://youtu.be/bI5Zi2OHhDU