El tiempo es una herramienta útil para maquillar la realidad. La lima perfecta para pulir lo que nos hacía daño. Coloca un velo sobre lo desagradable, matiza las malas conductas y, sobre todo, reconcilia.
Y... ¿Dónde está la verdad? ¿Antes o después del paso del tiempo? ¿Habría que quedarse sólo con lo que resiste o echar la vista atrás y recuperar sensaciones? Malas, reales, dolorosas...