Hablo con el viento , pero no sé que ocurre que él siempre pasa y se va. Busco el abrazo del sol, pero está ocupado en otros pagos. Intento sentirme a salvo bajo las ramas de esos árboles protectores, y cada vez están más desnudos. Me queda mi cama, mi rica cama calentita, que me acoge cada noche. Siento deseos de no salir de ella cada mañana. El mundo, la vida, todo, me cansan, me aburren. Lo que no puedo hacer es justo lo que me daría esa alegría que cada vez se me escapa con más rapidez, con más impotencia.
Aux armes, citoyens!
No hay comentarios:
Publicar un comentario