lunes, noviembre 06, 2006

No se elige.
Te elige.
Te toma para sí.
Te secuestra a salvo del mundo
sólo para él.
Te quita la razón.
Te quita,
con las ropas viejas de siempre,
las trazas de tu vida
y te marca otra nueva.
Te marca
en la frente,
en el hombro,
en la piel más suave.
Sólo para sí.
Y vives.
Y si acaso no llega,
si vas y vienes
sin tropezar con él,
!ay de ti!
sentirás el vacío, cada vez más hondo y frío,
penarás,
lo anhelarás,
pasarás tu vida así,
sólo pasando,
sólo así.
Y morirás.
Cansado.

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