Por fin. He conseguido hablar y decir.
Todo.
Soy libre. Con un gran peso encima, arrastrado tanto tiempo...
Pero poco a poco lo iré soltando. Espero que tus brazos, o los tuyos, o los de aquel de allá vayan ayudándome.
Adiós. Ahógate en tu mísero mundo.
Yo abro mis ventanas y me lleno de aire fresco.
Adiós.
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