A veces tengo la sensación de que los pies se hunden en el barro, como si pisara una turbera en primavera. Todo se hunde, se desmorona, sin poderlo remediar.
A la vez, la vista se me nubla. No veo nada, la niebla me envuelve. Y acabo tirada por los suelos, pegajosa, sucia, llorosa, impotente y dolida, porque siento que he seguido un camino equivocado.
Sólo lo siento, porque no lo sé. No sé nada, nada con lógica. Actúo a impulsos, emocionalmente. Me puede el sentimentalismo y la irracionalidad. ¿Cómo se llega a vivir tantos años con los mismos patrones de conducta?
¿A dónde voy así? Estoy tan cansada de tropezarme con los árboles y las piedras, de caer y levantar....
Cómo me gustaría que alguien me diese la mano y me llevase un trecho del camino para poder limpiarme y curarme los arañazos, para poder verme de otra manera, para recuperar el sentido de mi camino.
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