sábado, marzo 17, 2012

En doce años el pruno que vive debajo de mi ventana ha crecido más de dos metros. Cuando llegué, pensé que algún día estaría a la altura de la ventana. Ahora la sobrepasa considerablemente. Y casi no me he dado cuenta. A veces, sí, en primavera, veía las flores cada vez más cerca. Pronto será un muro vegetal, unido al fresno que hay detrás.
Una hermosa pared de hojas. Como si viviera en un bosque pero sin vivir en él.
Qué suerte tengo, ¿no?
Y yo, ¿qué he hecho en estos doce años?
¿He crecido?Nooo, he envejecido, que es otro matiz. Lo del crecimiento mental en todas sus facetas, lo pongo en duda.
¿He vivido? Sííííí, en el sentido de que han pasado los días y los años implacablemente.
Intensamente? también, claro. Las pasiones se podrían representar en un eje de abcisas y coordenadas. Vivir intensamente no quiere decir que vivas en el cuadrante de los valores positivos...
¿He disfrutado? Jaj! Vivo en un mundo de partículas. Es un nuevo cuantificador en mi existencia egocentrica y narcisa, supongo.
Hay que ver. Con lo poco que me gustan las matemáticas, lo racional que me estoy volviendo. Será la edad...

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