lunes, diciembre 31, 2007

Y los años pasan lenta o rápidamente. Y vuelves la vista atrás y ves, como en una película sin fin, todos los momentos que viviste con más o menos intensidad. Todos tuyos, y a la vez, dentro y fuera de ti. Y te reconoces, o no, y te alegras y te entristeces, todo a la vez. Pero los atesoras entre tus manos, porque en definitiva, son tu vida.
Y quedan más años, o no, y si los hay, seguirán formando parte de ese continuo a pesar del corte que marca el calendario, que no es nada más que una convención. Mi existencia, mi yo, están tan presentes ahora como cuando paseaba una mañana de invierno por las salinas viendo los colores del mar, o como cuando preparaba los dulces que compartiríamos con los vecinos, la única familia que teníamos entonces. Y sólo deseo conservar mi sentimiento, mi consciencia de mí misma para sentir, recordar y amar, los ojos para seguir viendo la belleza que me rodea, y la posibilidad de andar para seguir pisando la tierra que me sostiene.

sábado, diciembre 29, 2007

Casas


Me gusta verlas al pasear o yendo en el coche, de noche. Luces cálidas iluminando vidas y vidas, paredes mates, visillos tenues. Ventanas de cocina que trasmiten el calor de una cena.
Una casa, una vida. Pienso que al cambiar de casa podría llevar otra vida diferente, ser otra yo distinta, miles de nosotras con una vaga conciencia de serlo nada más.
Fantaseo con la idea desde que era niña. Recortaba casitas y las pegaba en los meses de verano, y soñaba que eran mías y estaban en algún lugar desconocido. En la playa de Alicante me enamoré de las casetas de baño. Tenían el tamaño justo para mí, y en este nuevo sueño, incluía la posibilidad de llevármelas a cualquier parte, posarlas en cualquier rincón de los que veía al pasar con el tren y vivir allí hasta que levantara el vuelo hacia otro lugar. No me hacía falta nada más.
Casas y ventanas. Miradas, paisajes nuevos. Nuevos contenedores. Todo sigue el mismo hilo. Hacer un vínculo fuerte de una vez por todas las que no lo he hecho esperando qué sé yo . ¿Cuándo haré mía una casa y me sentiré en ella como si lo fuera ?

martes, diciembre 25, 2007

"Recurrencias"


" De pronto me encontré con un título entre las manos que decía que era propietaria de un piso. Me dí la vuelta y miré al mar, de un color extrañamente verdoso. Curioso, había ido allí por una reunión de trabajo, y sin venir a cuento cumplía uno de mis deseos más persistentes...
Mis compañeras comentaban anécdotas de la jornada. Íbamos andando por un camino de arcilla rojiza, las palmeras a los lados. Chiringuitos, gente parloteando. Y sentí la necesidad de volverme hacia el mar. Dí media vuelta y corrí, mientras ellas contaban tonterías de unos y de otros.
Sabía que estaba prohibido bañarse. Sólo quedaba un estrecho pasillo a un lado con un cartel que decía "Usted puede nadar aquí si quiere". El fondo era de ladrillo azul, y el agua tenía un cierto aspecto lechoso, aunque al otro lado seguía siendo verdosa . Todo estaba rodeado de una estrecha acera, y había un techo abovedado como en las estaciones de metro, que se desdibujaba hacia la zona prohibida. Irremediablemente, me zambullí. Las personas que estaban sentadas en la acera me miraban sorprendidas. "Debe ser que nadie se baña mucho aquí", pensé, "voy a coger algo en esta agua tan turbia". Mis movimientos eran un tanto extraños en aquel reducto estrecho y pegado a una pared. Salí y volví junto a mi grupo y seguimos hablando tonterías. Súbitamente, entre las palmeras apareció mi cuñada con un folleto en las manos, radiante de alegría. " mira, mira, te hemos conseguido un piso de protección oficial, es poca cosa, dos habitaciones, pero se paga bien" Y ante mí, se desplegó mágicamente una avenida tranquila flanqueada por las sempiternas palmeras, con casa blancas a los lados y un cielo muy azul.No podía creer lo que me estaba pasando. Así, sin querer ni saber por qué, me encontraba dueña de dos casas mas las dos que ya tenía, y sin sensación de agobio por no poder pagar alguna. Era fantástico, mi sueño dorado....!
Había oscurecido, y me volví al mar. Era el lado prohibido. Bajé por una escalerilla que estaba pegada a la acera. El agua seguía siendo verdosa, casi negra en realidad, y me sumergí. No sentía frío ni calor. Era un agua neutra pero acariciante. Había parejas de personas mayores bañándose. igual de transgresores que yo. Y otros buceando prácticamente a oscuras. Alguien me rozó un pie al pasar debajo de mi. "Bien", pensé, "Luego esto no es tan rígido como parece, la gente lo hace y no hay problemas". Me permití el lujo de bracear a gusto , quizá demasiado cerca de la pared, pero con sensación de libertad.
Salí del agua y volví al camino. Allí seguían mis compañeras hablando de una tal Catharina, que iba a dar mucha guerra porque venía con muchas ganas de trabajar. Y me senté en el suelo de arcilla roja, sin más"

viernes, diciembre 21, 2007

Fools in love. ¿?


Me importan dos cosas, y media más. Todo se me está volviendo relativo. Todo se deprecia, todo se aplana. Todo se vuelve gris. Como el día. Me vuelvo hacia mí misma, me recojo como un no nato. Regreso.
Y si esas dos cosas, y media más, se resolvieran, tengo serias dudas sobre si algo me interesaría. Hasta tú has perdido la categoría de "divina ocupación".
Podría pasar casi de todo. Es mucho, todo. Pero, sí.

martes, diciembre 18, 2007

Historia de ella

Lentamente se iba superando la posguerra. El trabajo se había hecho algo más amable, las amigas contribuían a hacer la vida más llevadera. Tomaban aperitivos los sábados al salir del trabajo, de vez en cuando iban al cine, y poco más, mientras esperaban al hombre que las liberase.
No sé cómo, ella conoció a un guardia civil. Un teniente. Eso, en aquellos años suponía ser todo un personaje, con influencia, con prestigio. Un buen partido, vaya. Se hicieron novios, pasearon las calles frías de aquel Madrid, arriba y abajo, comprando castañas en los puestos, tomando vasos de leche en las "granjas", y en poco tiempo llegó el momento de casarse, algo que cuesta trabajo entender si sólo unos años antes ella iba a hacerlo con un diputado comunista francés. Como era lógico, petición de mano a su padre, y sabiendo que estaba en una familia donde nadie era adepto al Régimen. Pero claro, jugaba con ventaja desde su posición de superioridad...
La reunión debió de ser bastante tensa, y su padre la acabó diciendo que por él, podían casarse, pero que no pensaba aportar nada como ajuar. Y el teniente contestó que no había ningún problema, pero que se despidiera de su hija, porque no iba a consentir esa humillación hacia ella. Y hacia él....
Y ella, idealista, leal a no se sabe bien qué mal entendidos afectos, o quizá orgullosa al fin y al cabo, dijo que no. Que nadie la separaba de sus padres porque sí.
Y las amigas tardaron un tiempo considerable en recuperarse de su asombro por dejar marchar a un partido así....

miércoles, diciembre 12, 2007

De ratones

Dejos este enlace para que veais el trabajo (arduo) de un amiguillo....

http://revoltofthemouses.com/


Yo, que sé lo que ha puesto en ello , le dedico un aplauso interminable!

lunes, diciembre 10, 2007

Historia de él

Volver a España y encontrar el lugar que cada uno había dejado al irse.... Parece fácil...Pero, ¿qué pasa si uno no tiene sitio? ¿si nunca lo ha tenido y ha ido de acá para allá? . Volver. Palabra acariciada, soñada. deseada. A lo conocido, a lo seguro, a lo acogedor. ¿Para cuántos de los que regresaban era eso una certeza después de una guerra en su propio país? Supongo que para unos más que para otros. Para él, quizá la confianza en los demás no se había perdido entre las escaramuzas de tanta guerra, quizá la familia suponía algo incapaz de hacer mal a fuerza de no hacer nada.

La vuelta fue a Madrid, que es donde su madre y su hermana, que estaba ya casada, se habían instalado. No era un sitio conocido. Una casa de corrala al otro lado del río, donde casi acababa la ciudad. Como un pueblo dentro de ella. Vecinas que se asomaban al patio común, ropa tendida de lado a lado, jilgueros y canarios cantando en las puertas.

"Vaya, así que has vuelto....¡a más de uno se le va a terminar ir al teatro!" Risitas, miradas, más comentarios...

¿Qué se encontró después de dos años en Rusia?¿La paga que mandaba el Ejército a" su casa"?

Pues no. Un traje barato y un par de zapatos con la suela de cartón, que era un material muy de posguerra de la España autárquica. Cuando más o menos los demás dispusieron de un pequeño capital, él, no. Su cuñado y su hermana, lo habían fundido alegrándose un poco la vida, y pagándose una formación a la que él después no pudo acceder. Así pues, volvió a lo seguro, a lo conocido, a lo acogedor, a la Legión. África de nuevo. Compañeros, camaradas, partidos de fútbol, marchas inteminables por el desierto de arena como antes lo había hecho por el desierto de nieve. Desarraigo, soledad, falta de cariño, como tantos otros que fueron victimas de la guerra y no tenían nada a que aferrarse, o aquellos que por haber estado en el bando equivocado no podían trabajar en nada o pero aún, se arriesgaban a la cárcel.
Fué allí donde conoció a dos primos, uno vasco y otro nacido en París, y se hicieron amigos.

sábado, diciembre 08, 2007

jueves, diciembre 06, 2007


Futuro. Luz al fondo del túnel. Semilla germinada que abre sus primeras hojas. Incertidumbre, ansiedad, ilusión, miedo.
Cansancio. Aburrimiento, aburrimiento, aburrimiento. En la espera, aburrimiento. El día a día se escurre entre mis dedos como arena. El presente se escapa, monótono, con pequeñas alegrías grises, con sueños recurrentes. Necesito una cura de belleza que suavice las aristas de mi existencia.

lunes, diciembre 03, 2007

Historia de ella

Su padre debió de sentir lástima y cambió el trabajo en una esquina por otro en casa de un falangista que había sido compañero de José Antonio Primo de Rivera. Tenía seis hijos y ella iba allí de chica para todo: lavar, planchar, cocinar... pero las hijas descubrieron pronto que podía ayudarlas con las tareas del colegio, empezaron a hacer cosas de la casa mientras ella les hacía las traducciones de francés y algunos problemas de matemáticas. El jefe, como ella le llamaba, era una buena persona, idealista y convencido de que no habían ganado una guerra para "esto", lo que no le llevó a ninguna parte. Al contrario que a muchos de sus compañeros. En una ocasión se enteró de que ella bajaba a las seis de la mañana a hacer cola para coger la leche, y se negó en redondo diciendo que si tenía que ser así, o bajaban entre todos o allí se tomaría el café solo. Su actitud contribuyó a que, al menos, ella entendiera que no todo es blanco o negro, bueno o malo, y que los falangistas podían ser honrados y coherentes por raro que pudiera parecerle.
Pasado un tiempo, su padre debió de sentir algo más de lástima, o vergüenza, y le proporcionó un trabajo en un laboratorio farmacéutico. Por un sueldo irrisorio, ella y sus compañeras pasaban diez horas preparando pócimas, llenando inyectables y contándose la vida mientras que el jefe las espiaba por el intercomunicador. Chicas....cada una con una historia....La que salió del pueblo y se vino a madrid en busca de su novio y acabó casando con un viudo cargado de hijos. La querida del químico, al que tenía que tratar de usted en el trabajo. La enfermera de campaña que no podía ejercer por "roja". La que estaba manteniendo a toda su familia, llena de tuberculosos que no podían trabajar, hasta que acabó enfermando también. Mujeres que intentaban escapar a un destino triste, encontrando novio y casándose, y viviendo en cualquier cuchitril, "contigo pan y cebolla","hasta que la muerte nos separe". De ellas sólo quedan fotos de chicas sonrientes, cogidas del brazo, con largos abrigos, melenas rizadas y labios oscuros. Pequeñas historias, pequeñas miserias de la posguerra.
El jefe. La trepa, la escalada sobre los huesos de los demás. Amasar dinero con el sudor de los demás. Tirano, despótico, colérico.Lleno de millones y muerto por exceso de grasa en una apendicitis.
Ella supo defenderse y plantar cara cuando era necesario, y buscó la manera de salir de allí. Decidió estudiar taquigrafía y mecanografía en una academia que pagaba con las horas extras para poder pasar a la oficina y dejar de quemarse los dedos con los mecheros.Su padre, cuando lo descubrió, sintió que perdería la oportunidad de verla humillada y se dio prisa en recordale que no valía para nada y que no dejaba de ser una escoria. Así que cuando ella consiguió el ascenso que deseaba, le plantó la nómina en las narices: "¿y ahora qué?" "¿valgo o no valgo para algo más?"