domingo, abril 12, 2009

Las telas se arremolinan sobre sus cabezas.
Sus caras resplandecen.
Niños.
Ríen.
Sus ojos aprehenden brillos en rojo, amarillo, azul, verde, naranja, rosa, oro y plata.
Olas, vivos colores en movimiento.
Caricias visuales.
Niños.
Abriéndose a la vida, a un mundo de sensaciones.
Todo tan nuevo, tan libre, por descubrir.
Niños.
Tomad y comed de mi mente, de mi cuerpo.
Y yo viviré en vosotros.

2 comentarios:

Fackel dijo...

Te ha salido un parapoema eucarístico. Mas lo eucarístico no es propiedad ni de la Iglesia ni del crisitanismo.

Eucaristia, etimológicamente hablando, es la buena gracia. Aquello que los griegos denominaron y que el poder de la palabra -la larga mano de la etimología llegada hasta la cultura occidental actual- nos da. Es lo que se reconoce. Agradecer la bondad de la vida. Lo que se nos ofrece día a día. La salud, la materia, el pensamiento, el encuentro, el amor, la actividad, la capacidad, la posibilidad...

Aunque no todos los dias mi alma y mi cuerpo están predispuestos a reconocer los dones, intento ser eucarístico. Mi ateísmo me permite reconocer, agradecer, loar la belleza por la belleza y el bien por el bien. En medio de un combate agrio y en absoluto triunfante. Uno sólo es superviviente cotidiano. No es poco. Y eso me maravilla. Y descubrir los níños que uno lleva dentro de sí.

Buen domingo saludable, Lagave.

lagave dijo...

No era mi intención...
Simplemente recordaba un momento de mi trabajo en el que me di cuenta de lo maravilloso que era y lo afortunada que era.
Yo doy ,o mejor, facilito las ocasión para aprender, experimentar, expresarse, sentir, moverse, crecer.
A cambio, aprendo, experimento, me expreso, siento, me muevo, y crezco.
Me agoto,pero me gusta y la recompensa es elevada.Y algo de mí queda en ellos, aunque no se vea ni sean conscientes.
En ese sentido, debo ser eucarística. Y tengo la impresión de que en otros aspectos de mi vida también, aunque como bien dices no ocurre todos los días e implica una lucha constante por no vaciarte en el intento. Por eso a veces es agradable encerrarte en el capullo e intentar renovarte.Lo de salir convertido en mariposa es otra cuestión...!
Buena semana, Fackel