martes, octubre 16, 2007

Historia de él (sigue)

La guerra terminó, y con ella las maquinaciones por llenar el babi con lo que fuera para poder comer. "Y ahora qué?"¿Cómo cubrir el vacío de una supervivencia tan azarosa y llevar una vida normal?
Con dieciseis años, la única posibilidad que se le ofrecía era ir a trabajar al campo, en las tierras del marido de su madre. Si hubiera existido algún lazo de afecto, algo más que la rudeza y la ignorancia.....Pero de donde no hay no se puede sacar. Y de donde sí se podía sacar algo, un reconocimiento mínimo, una acogida, era de los amigos, los camaradas de correrías.
"Donde vayan mis amigos iré yo". "Me voy a la Legión". A África.
Y tuvo que mentir en la edad, porque era demasiado joven. Y en las marchas interminables por el desierto, para que pudiera andar, los compañeros mayores le llevaban el mosquetón. Luego, los partidos de fútbol, portero ágil que no daba un balón por perdido. El tiro, que le llevó a ser tirador de primera, distinguido entre los demás. Los garbanzos apolillados, el café ennegrecido con carbón, los mandos, unos despóticos, otros paternales, los moros que acechaban, la cabra que comía tabaco....los desfiles interminables a ciento sesenta pasos por minuto. Un todo acogedor muy disciplinado y lleno de compañerismo, por extraño que pueda parecer. Por extraño que pueda parecer, puede poner contención a una vida tan, tan, tan desparramada.
Y al cabo de un tiempo, empezaron a pedir voluntarios para ir a la División Azul. ¿Qué sabría él de la guerra entre Alemania y los aliados? Daba igual. "Como mis amigos van, yo también voy"
Y cambió, sin pensarlo mucho, la arena por la nieve. Robar zanahorias por abrigos de piel. y añadió: matar.

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